🪄 Por qué los espectáculos de magia son el antídoto contra los eventos que no conectan
He estado en muchos eventos de empresa: algunos íntimos, con veinte personas y un proyector que se resiste; otros con pantallas gigantes, catering de lujo y presentaciones interminables. Y, aun así, lo único que se movía eran los ojos de la gente buscando el reloj.
Si notas que tus asistentes miran el reloj más que al ponente, necesitas algo que rompa el hechizo… y, casualmente, de eso sé un poco. 😉
No lo digo solo por oficio —aunque algo de experiencia tengo—, sino porque la magia, bien entendida, rompe la rutina, despierta al cerebro y conecta a las personas en un segundo.
Lo que la magia hace (y los PowerPoints no)
Una presentación puede informar, pero la magia comunica. Puede que tus empleados recuerden el nombre del producto nuevo una semana… pero si alguien hace aparecer ese producto de la nada, lo recordarán años.
He actuado en convenciones donde el ambiente era tan plano que ni el café doble, con extra de café y café adicional levantaban los ánimos. Y ahí, precisamente ahí, una ruptura del patrón es necesaria. Algo sorprendente y divertido que cambie el ritmo del evento y recuerde a todos que siguen vivos.
No es casualidad. La magia activa lo que en comunicación corporativa más escasea: la emoción compartida. Y cuando hay emoción, hay recuerdo, pertenencia y mensaje.
Magia para empresas: el lenguaje universal del asombro
Un espectáculo de magia en un entorno corporativo no es solo entretenimiento. Es una herramienta de conexión humana. En una época en la que todo se automatiza, la magia recuerda a todos que todavía hay cosas imposibles… y que vivirlas juntos crea vínculo.
Por eso, cada vez más empresas eligen espectáculos mágicos en:
- Cenas de empresa.
- Convenciones y presentaciones de producto.
- Jornadas de motivación y team building.
Y no se trata solo de “ver trucos”. Se trata de vivir una experiencia donde todos —del CEO al becario— se sorprenden al mismo tiempo y forman parte de la historia que contarán tiempo después. Ese instante de asombro colectivo tiene un poder brutal: rompe jerarquías, relaja tensiones y genera conversaciones reales.
La chispa que hace que todo el evento cambie
La magia es ritmo, humor, participación y sorpresa. Pero sobre todo es energía emocional. Y esa energía se contagia al resto del evento: los discursos suenan más ligeros, los asistentes se abren, el ambiente se transforma.
He visto empresas pasar de bostezos a carcajadas en cuestión de minutos. Y no por mí (bueno, un poco sí 😏), sino porque cuando el público se siente vivo, el evento cobra sentido.
Y tú, ¿quieres que tu evento se recuerde o que se aguante?
Hay dos tipos de eventos corporativos: los que se recuerdan, y los que se sobreviven.
Si tu objetivo es que tus asistentes salgan con la sensación de “ha merecido la pena venir”, entonces merece la pena añadir magia.
👉 Descubre cómo transformar tu evento con un espectáculo pensado para empresas
“Si tu próximo evento necesita recuperar la chispa, escríbeme.
No puedo prometer que tus jefes vayan a ser más divertidos,
pero sí puedo prometer que todos os iréis a casa con una sonrisa y un recuerdo que perdurará.”